El pasado fin de semana los cofrades de Málaga vivimos una intensa jornada, en la que todos los titulares cristíferos de las diferentes Hermandades agrupadas se encontraron en Besapiés extraordinario para conmemorar el fin del Año de la Misericordia.
Por tal efeméride, el grupo de albacería de nuestra Cofradía organizó un culto especial para que Nuestro Padre Jesús del Prendimiento participase en esta iniciativa, a disposición de todos aquellos devotos que desearon rezar unos minutos ante él. La idea fue conmemorar la alegoría “Dad de comer al hambriento y de beber al sediento” a través del grupo escultórico que acompaña a nuestro Titular cada Domingo de Ramos.
Nuestro Padre Jesús del Prendimiento estuvo acompañado por completo los dos días que permaneció a veneración de los fieles, siendo constantes las visitas, permaneciendo la iglesia de la Pastora abierta en casi todo el día.
Como hemos comentado durante todo el año, el Perdón es el elemento indispensable para poder llegar a la misericordia de Dios. En este Año de la Misericordia nos hemos encontrado también en La hora del Gran Perdón. Por ello, la Agrupación de Cofradías organizó una jornada formativa con su Eminencia Reverendísima Cardenal D. Fernando Sebastián, destinada a los Hermanos Mayores de las Cofradías Agrupadas y a todos los cofrades en general. En dicha formación, muy seguida por los cofrades y hermanos del Prendimiento, nos hizo valorar no solo por lo que Dios puede hacer por nosotros, sino por lo que nosotros podemos hacer por Dios.
Por dicho acto, María Santísima del Gran Perdón permaneció durante la jornada del sábado 12 de noviembre en el altar mayor de la Parroquia de la Divina Pastora en devoto besamanos. Al igual que con Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, numerosos devotos acudieron a nuestra sede canónica para ser partícipes de este momento tan importante para nosotros.
Sin duda, dos días muy importantes para recordar en la historia de nuestra Hermandad, gracias a los numerosos Hermanos y fieles que nos acompañaron, unas 3000 personas, y al gran trabajo realizado.
El rostro de la Misericordia.
La hora del Gran Perdón.
