D. Antonio Castro Ruiz (1.925)
Siguiendo las noticias que facilita la revista La Saeta de 1927, la fundación de la Hermandad del Prendimiento se realizó en Abril de 1.925 siendo su primer Hermano Mayor, y presumiblemente, fundador de la misma D. Antonio Castro Ruiz quien encargó al escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci, el grupo escultórico de “El Beso de Judas” cuyas figuras principales, Cristo y Judas, fueron entregadas a la Hermandad, solo a los tres meses de haberse fundado la misma, es decir en Julio de 1925. La rapidez de la entrega del encargo, – posibilitada en cierta medida por ser las imágenes de paños encolados,- y la nada despreciable cifra de su importe- 10.000 pesetas- parece que llevó a la Hermandad a una crítica situación económica, teniendo que disolverse momentáneamente.
D. Amador Sanz Castro (1.925 – 1.931)
Sólo tres meses más tarde, conocemos una revitalización de la Hermandad, de manos de un nuevo Hermano Mayor, D. Amador Sanz Castro, posiblemente emparentado con el anterior. La Hermandad debió tener, como en casi todos los comienzos, una dura tarea por recorrer pues, si nos atenemos a que la bendición del grupo escultórico del Beso de Judas no se llegó a efectuar hasta 1.927, todo parece indicar que determinados asuntos, y no sólo los exclusivamente económicos, estaban aún por concluir. Desde este momento, esplendoroso a primera vista, perdemos el rastro de la Hermandad hasta llegada la Semana Santa de 1.931, en la que una breve información de la revista La Unión Mercantil, hace referencia de que a manos de cofrades del Prendimiento se proyecta una reorganización, gestionándose quien ostentará el cargo de Hermano Mayor y demás miembros de Junta de Gobierno, por lo que se deduce que en este año D. Amador Sanz Castro ya no ostentaba el cargo de Hermano Mayor, desconociéndose si por fallecimiento o dimisión.
Transcurrido algo más de un mes de estas noticias de esa posible reorganización, la noche del 11 de Mayo de 1.931 la Iglesia de Santo Domingo, y con ella la práctica totalidad de los templos malagueños, sucumbían ante el asalto y el fuego, perdiéndose el grupo escultórico y el poco patrimonio existente en la Hermandad.
D. Juan Navarrete Trujillo (1.949 – 1.956)
La falta de documentación es manifiesta cuando nos acercamos a los primeros años de la reorganización definitiva de la Hermandad, de manera que no podemos precisar con exactitud ni en que fecha se produce la aprobación canónica, ni por qué se establece en la Iglesia del Carmen o cómo fueron los primeros tramites en torno a la aprobación de los Estatutos, de los cuales incluso se piensa que pudiesen no haber existido, así como la elección de su primera Junta de Gobierno. Todas estas realidades que hoy día desconocemos dejan un enorme vacío a la hora de reconstruir la historia de nuestra Cofradía, ya que ni documentalmente, ni verbalmente hemos podido encontrar dichos datos.
Es fácil pensar que la Hermandad se estableció canónicamente a mediados de 1.948, ya que para la Semana Santa siguiente estaba ultimado el grupo escultórico y los elementos necesarios para la primera salida procesional. El primer Hermano Mayor después de la reorganización fue D. Juan Navarrete Trujillo, conocido cofrade malagueño que con anterioridad había sido Hermano Mayor de la Soledad de San Pablo, y que con él debieron trabajar los conocidos capataces malagueños Antonio Daffari y Antonio Bros, pero no llegamos a tener noticias de su primera Junta de Gobierno. Lo cierto es que para el mes de marzo de 1.949 la Hermandad debía estar en plena efervescencia pues preparaba la presentación de su nueva Imagen Titular, la primera salida de la misma, y trataba de establecer relaciones con las instituciones locales entregando nombramientos honoríficos a sus posibles benefactores.
Sin duda el momento más importante que debió vivir este Hermano Mayor, fue en la cuaresma de 1.949 donde la Hermandad presentó el nuevo grupo escultórico del Prendimiento, encargado al imaginero Pedro Pérez Hidalgo y que fue expuesto en la Sociedad Económica de Amigos del País , el 4 de abril de ese año. Otro momento importante, sin duda sería el ingreso en la Agrupación de Cofradías, celebrado el 23 de junio de 1.949 y aprobado por aclamación.
La Hermandad valiéndose de la singularidad con que estuvo marcada su fundación, la de aglutinar a los hombres de trono y trabajadores en general, buscó su proyección en las esferas del poder que más claramente se vinculaban con el mundo del trabajo. A lo largo de estos años se sucedieron nombramientos honoríficos, como el Delegado Nacional de Sindicatos, Gobernador Civil de Málaga, así como al Director de la Escuela de Formación Profesional Francisco Franco, D. José Manuel Merelo Palau, y mayordomo de honor, al Secretario de dicha institución D. Eduardo Martín Macías.
D. José Manuel Merelo Palau (1.956 – 1.971)
Tras ser nombrado Hermano Mayor honorario, la Escuela ‘’Francisco Franco’’ adquiere un papel predominante en la vida de la Hermandad, de manera que al año siguiente, es decir, una vez concluida la Semana Santa de 1.956, y como consecuencia de una grave crisis económica, es ya Hermano Mayor efectivo de la Hermandad Don José Manuel Merelo Palau y Teniente Hermano Mayor Don Eduardo Martín Macías, ocupando el cargo de Hermano Mayor adjunto Don Juan Navarrete Trujillo, quedando tal vez configurada la Hermandad en una doble proyección. Por un lado, la que se vinculaba al mundo sindical y desarrollaba la labor de captación de ayudas y vinculaciones institucionales, y por otro, la que se preocupaba de lo que podríamos denominar estrictamente cofrade. La primera, claro está, la llevarían adelante el Director y el Secretario de la Escuela, mientras que la segunda seguiría estando en manos del anterior Hermano Mayor (Don Juan Navarrete) y del Secretario de la Hermandad Don José Villegas.
Durante la primera década la tarea fue la de conseguir un ajuar procesional, de tal manera que en la Escuela se realizaron los primeros tronos, el retablo de la Capilla, la Cruz Guía, faroles, mazas, y hasta la propia Imagen de la Sagrada Titular María Santísima del Gran Perdón. Dicha Imagen fue realizada por el profesor de talla Don Andrés Cabello Requena y salió en procesión por primera vez el Domingo de Ramos de 1.958.
Durante este mandato, la Hermandad acrecentó su patrimonio artístico; en 1.961 se estrena el nuevo grupo escultórico de Jesús del Prendimiento, realizado por el imaginero Don Antonio Castillo Lastrucci y en 1.965 su nuevo trono, diseño de Don Juan Casielles del Nido, y en 1.964 quedó terminando el magnífico manto de María Santísima del Gran Perdón.
La marcha de Don José Manuel Melero a Madrid, para ocupar cargo de Jefe Nacional de la Obra Sindical, dejó al Teniente Hermano Mayor Don Eduardo Martín Macías al cargo de la Hermandad, aunque nunca llegó a aceptar cargo de Hermano Mayor. Hasta 1.971 no se produjeron las pertinentes elecciones después de caer en crisis la Hermandad y la propia Semana Santa malagueña, pues precisamente ese año la Virgen del Gran Perdón no se procesionó, alegándose entonces falta de vestuario, de dinero y de hombres de trono.
D. Cresencio Andrés Miranda Serrano (1.971 – 1.975)
La triste decisión de no procesionar a la Virgen y la ausencia prolongada de Don José Manuel Melero de nuestra ciudad debieron ser argumentos suficientes para llegar a la elección de un nuevo Hermano Mayor. Aunque el control de la dinámica de la Cofradía estaba en manos de Don Eduardo Martín Macías, éste nunca quiso acceder al máximo cargo de responsabilidad, con lo que hubo que buscar a un hermano que mantuviese esa doble relación de miembro de la Hermandad y ostentase algún cargo sindical. La persona elegida fue Don Cresencio Andrés Miranda Serrano, Vicesecretario provincial de Ordenación Social y Consejero y Fiscal de la Hermandad, siendo elegido como Hermano Mayor el 14 de julio de 1.971.
Con él parece que hay un nuevo impulso en la Hermandad y se consigue, de nuevo, una ayuda material más importante de la Organización Sindical, lo que pudo permitirle a la Hermandad avanzar en nuevos proyectos como el bordado del frontal del palio en 1.973 o, lo que es más importante, con el inicio del nuevo trono para la Virgen del Gran Perdón en 1.974. Su inesperada muerte en el verano de 1.975, supuso para la vida de la Hermandad una nueva contrariedad, pues los derroteros que se habían trazado podrían haber dado mayores frutos.
D. Francisco Santos Cabezuelo (1.975 – 1.978)
Tras la muerte de Don Cresencio Andrés Miranda, le sucede en el cargo Don Francisco Santos Cabezuelo, Director de la Escuela de Formación Profesional, casi como consecuencia de ocupar dicho cargo docente tras ser convencido de ello por el tantas veces nombrado Don Eduardo Martín Macías y por el entonces Albacea General Don Jaime Gallego Gallego. Curiosamente con dicho Hermano Mayor se tiene la última vinculación con la Escuela, tal vez porque el propio Sindicato Franquista desaparece, y con él todas las relaciones político-religiosas que se hubiesen generado.
Santos Cabezuelo estuvo al frente de la Hermandad hasta 1.978, y de ese trienio apenas si podemos destacar algo salvo que se introdujeron los, ahora habituales, varales de aluminio en sustitución de los de madera y que se inició el traslado de los Sagrados Titulares a sus tronos procesionales o la vinculación con distintas peñas capuchineras en un intento de calar más profundamente en el barrio.
D. Antonio Ruiz Cortés (1.978 – 1.981)
Ante la cada vez más evidente necesidad de recambio generacional, se eligió a Don Antonio Ruiz Cortés como Hermano Mayor en el primer período en el que la Hermandad interrumpe su vinculación con la Escuela Profesional. Estuvo al frente de la Hermandad algo menos de tres años, y su actuación al frente de la misma estuvo orientada a conseguir una cada vez mayor implantación en el barrio, tanto en el sentido de mantener vínculos con distintas asociaciones capuchineras, la Congregación de la Divina Pastora, las Peñas de los Pastores y la Biznaga, crear una Casa Hermandad en el propio barrio, como de organizar una serie de actividades donde pudiese haber una participación más cercana de los vecinos, como podía ser la campaña ‘’Un Clavel para el Prendimiento’’, en la que se solicitaba esa ofrenda para el adorno del trono, así como la consolidación del traslado de las Imágenes a sus tronos.
También en el período de Ruiz Cortés se trató de reconocer el trabajo realizado por hermanos y colaboradores, que habían logrado con su esfuerzo y dedicación, aún a pesar de las grandes carencias del momento, mantener la vida de la propia Hermandad. Personas que en la mayoría de las ocasiones no habían trascendido del ámbito estrictamente interno de la Cofradía, y cuya presencia y trabajo en la misma es verdaderamente importante, aún a pesar de no aparecer en los documentos oficiales. De esa manera le fue concedido el Escudo de Oro a los Señores Jiménez Gallego, Martín Macías y Gallego Gallego y placas de agradecimiento a los Señores Claros López y Morales Palma.
Pedro Eduardo Gallego Sanchís (1.981 – 1.993)
Nació en Málaga el 2 de Octubre de 1.956, ingresó en la Cofradía en el año 1.963 de la mano de su padre D. Jaime Gallego Gallego, miembro de la mísma desde su reorganización en 1.948. De pequeño formó parte de las filas de nazareno como penitente de vela, insignia y mayordomo. Ya en la adolescencia y cursando sus estudios en la extinta Escuela Franco, formó parte de la escuadra de gastadores como banderín, que escoltaban al Cristo cada Domingo de Ramos. Posteriormente y siendo también alumno de la Escuela, allá por los finales de los sesenta y comienzos de los años setenta tuvo su primera experiencia como hombre de trono del Crísto del Prendimiento, con el peto y la camisa azul, características de la época.
En el año 1.975 entró a formar partes de la Junta de Gobierno, siendo su primer puesto el de Albacea de Cultos, para posteriormente ocupar el cargo de Secretario y finalmente fue elegido Hermano Mayor en 1.981.
En su mandato, que duró doce años, siendo reelegido nada más y nada menos que en cinco ocasiones ya que los periódos electorales eran cada dos años, se produjo una renovación total de la Cofradía en todos sus ámbitos y en su estructura, cobrando un papel fundamental la entrada de la juventud y de la mujer en la misma. Lo primero fue la realización de unos nuevos Estatutos de los que carecía la Hermandad, y que se aprobaron en 1.981. Lo siguiente fue ponerles unas barras de Palio a la Virgen del Gran Perdón, hechas con tubos pintados en metalizado y con piezas de fundición. El redactor de Diario Sur de ese año, dijo que estrenábamos barras de palio plateadas y cinceladas.
En estos primeros años de los ochenta, se compraron túnicas de segunda mano a la Hermandad del Rocío, y con un camión se pedían enseres prestados a varias Cofradías para poder salir. También se cogía anea de la rivera de los ríos para pinchar los claveles.
Gracias al trabajo realizado durante esos años, se cuadruplicó el número de hermanos pasando en dos años de 250 a cerca del millar, pues se consiguió que todos los portadores y nazarenos fueran hermanos. También se nombraron Hermanos Mayores Honorarios a las peñas del barrio el 21 de mayo de 1.981, logrando una estrecha vinculación con Capuchinos.
Destacar de este mandato, la incorporación de la mujer al varal en 1.987 (fueron las primeras en llevar el trono de traslado) y también la Hermandad contó con la primera mujer delegada en sentarse en el palco de la Tribuna en Semana Santa en 1.981 (lo tenían prohibido y ante la amenaza de un escándalo en la prensa, accedieron) y la primera mujer Mayordomo de Trono en 1.986.
En el año 1.982 comenzaron las obras de la Casa Hermandad, lo que colocó a Hermandad en ser de las primeras en contar con espacio de tales características; se construyó a base de donativos de materiales y algo de dinero, y de ahorrar en mano de obra puesto que la propia junta de gobierno y muchos de sus hermanos hacían las labores de albañiles, peones, electricistas, etc.
También es importante destacar la informatización de los datos de hermanos, la renovación del patrimonio con enseres como bocinas, mazas, peana de la Virgen, barras de palio, ánforas, plateado del trono de la Virgen y arbotantes. La renovación de los bordados que entonces eran escasos, tales como el bordado primero del palio, bordado en aplicaciones de guiones y túnica del Cristo, saya para la Virgen, etc., así como la renovación del vestuario para nazarenos e incluyendo por primera vez la confección de túnicas para hombres de trono.
En otro orden de cosas, se coronó litúrgicamente a nuestra Sagrada Imagen de María Stma. Del Gran Perdón el día 12 de octubre de 1.991 y se le ofreció una corona nueva donada por el orfebre D. José Manuel Ramos de Rivas, por el Hermano Mayor y su esposa Dña. Manuela Cañete Durán, siendo fueron padrinos de la ceremonia el Presidente de la Agrupación de Cofradías de la época, D. Jesús Saborido Sánchez y su esposa, Dña. Paloma Sánchez Domínguez. Desde ese año, se instituyó el día 12 de octubre como día dedicado a nuestra Virgen, y por tanto se celebra en su honor un Triduo y una Función Principal con Besamanos.
En esta etapa también, se realizó el primer boletín,(1.987) el primer cartel de Salida Procesional y por tanto el primer acto de presentación (1.988) y la primera revista Itinerarios Procesionales (1.984) También se instituyó el libro de oro de firmas.
Y como no, destacar que durante cinco años, desde 1.992 hasta 1.997, la Hermandad estuvo vinculada a la AA.LOG 24 de Melilla, contando en nuestro desfile con la presencia de militares y altos mandos, especialmente de la compañía de mar que era la más antigua de España con más de 500 años de historia, e instituyendo unos premios para el personal civil de esa AA.Log, que se entregaban en Melilla. El origen de estos premios surge en agradecimiento al personal de la compañía por su eficaz labor durante el Domingo de Ramos de 1.993, al desalojar de modo ejemplar y evitando posibles daños, el último tramo de la calle Dos Aceras a causa de un escape de gas debido a unas obras realizadas en dicha vía cuando el trono de María Santísima del Gran Perdón transitaba por ese punto.
D. Pedro Gallego Sanchís terminó su mandato en el año 1.993, con más de 1.200 hermanos y la Cofradía tuvo a bien concederle la primera medalla de oro y el primer escudo de oro y brillantes de la historia de la Hermandad, así como el nombramiento de Hermano Mayor Honorario.
D. Jaime Gallego Sanchís (1.993 – 2.012)
Nacido en Málaga el día 31 de enero de 1.954, se inscribió en esta Corporación Nazarena en el año 1.964, siendo desde entonces y de manera ininterrumpida hermano de pleno derecho de la misma.
Durante el transcurso de estos años y hasta nuestros días, ha tenido una participación muy activa en la misma tanto a nivel procesional, ocupando casi todos los cargos procesionales existentes, nazareno, hombre de trono, mayordomo, jefe de procesión, mayordomo de trono, etc. como a nivel directivo, pues se incorporó a la Junta de Gobierno en el año 1.975 y desde entonces ha ocupado los cargos de Vocal, Albacea General, Primer Teniente Hermano Mayor, y Hermano Mayor.
Los logros conseguidos por D. Jaime Gallego Sanchís para la Hermandad han sido innumerables y de una importancia y magnitud tal, que la transformación de la Hermandad ha sido calificada por propios y extraños de espectacular, logrando que esta Cofradía a día de hoy, esté considerada una de las más importantes de nuestra Semana Mayor.
Reflejo de lo anteriormente expuesto han sido la ampliación y renovación del patrimonio inmobiliario de la Hermandad con los locales de la antigua asociación de la lucha contra el cáncer y los locales de albacería sitos en calle Arapiles. La mejora del patrimonio artístico con la restauración de la Imagen de Jesús del Prendimiento y del altar de la Parroquia. La mejora y renovación de todo el patrimonio artístico en bordados, imaginería, orfebrería, etc. frutos de los distintos talleres de empleo que gracias a su tesón y esfuerzo permanecieron abiertos desde los años 2.000 a 2.007, y en los cuales no sólo se consiguió la riqueza patrimonial de incalculable valor antes aludida, sino que además se colaboró con otras Cofradías Malagueñas. Este taller de empleo, supuso además, haber logrado realizar la mayor labor social jamás obtenida por esta Hermandad, pues se facilitó trabajo y formación a mas de 150 personas, la mayoría mujeres.
Pero este patrimonio artístico, no fue sólo producto del taller de empleo, sino que gracias al empeño y la labor incansable de Jaime, se consiguieron unas majestuosas barras de palio, ánforas y candelería para el trono de la Virgen, un guión bordado, una túnica en oro fino para el Cristo y una Saya bordada para la Virgen, unos murales en cerámica para la Casa-Hermandad, etc. etc. así como la terminación del Grupo escultórico del Cristo, entre otras muchísimas cosas.
También ha logrado dotar a la cofradía de un grandísimo patrimonio pictórico, con obras para nuestro Cartel de los mejores pintores malagueños, destacando la pintura del estandarte de Antonio Montiel. Destaca también la realización del libro con motivo del 75 aniversario de la Hermandad.
Pero además de todo esto y cara a la difusión de la propia Hermandad y por ende de nuestra Semana Mayor, hay que destacar los actos cara al exterior mas importantes realizados en su productivo mandato, tales como la Celebración del 50º Aniversario de la reorganización de la Hermandad (1.998), el 50ª Aniversario de la primera salida procesional (1.999), el 75º Aniversario de la fundación de la Hermandad (2.000), el 50º Aniversario de la Virgen (2.007), El 50º Aniversario del Cristo, presidiendo el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, lo que motivó que Nuestro Padre Jesús del Prendimiento entrara por primera vez en la Catedral de Málaga (2.011). Pero si algo fue significativo, fue la participación histórica de la Hermandad, en el magno Vía Crucis que con motivo de la JMJ se celebró en Madrid en Agosto de 2.011 bajo la presidencia del Papa Benedicto XVI y que representamos a la Diócesis de Málaga.
A los pocos meses de terminar su mandato, la Hermandad tuvo a bien y creyó justo concederle la Medalla de la Hermandad en su categoría de Oro, y el título de Hermano Mayor Honorario.
D. Salvador Pozo Sánchez (2012 – 2021)
Un 12 de febrero de 1964 nacía un niño llamado Salvador. Desde su infancia, parecía que Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y María Santísima del Gran Perdón tenían planes para él cruzando en su vida a sus amigos, los hermanos Francisco Javier y Juan Manuel Gutiérrez, quienes lo acercaron a la Hermandad y animaron a enfundarse un capirote azul para acompañar a Nuestra Sagrada Titular cada Domingo de Ramos.
Las idas y venidas con sus amigos a la Parroquia de la Divina Pastora, se fue transformando en tal devoción a los Sagrados Titulares y cariño a los Sagrados Titulares que asumió el compromiso de integrarse en la Junta de Gobierno, primero como vocal, después como Secretario General y Teniente Hermano Mayor, para terminar jurando como Hermano Mayor en 2012, dejando para la historia de la Hermandad dos legislaturas muy productivas en todos los niveles.
Salvador llegaba con dos grandes compromisos: mejorar los canales y la comunicación con los integrantes de la Hermandad y desarrollar un gran programa de ayudas sociales. Para lo primero se estableció una vocalía de relación con los hermanos. Enfocado en la creación de nuevos canales de comunicación, se crearon la página web actual, junto al impulso de las redes sociales y el aumento de la periodicidad de la revista Traición y Perdón.
En el apartado benéfico, su primera acción fue integrar a la Hermandad en la Fundación Corinto. Una vez conseguido, puso su empeño en establecer una serie de eventos de carácter benéfico que fueran ganando espacio entre la sociedad malagueña. El primero en nacer fue el Diciembre Solidario, santo y seña de las vísperas navideñas en Málaga que ha conseguido ayudar a más de mil familias desde su creación y colaborar con colectivos benéficos de la ciudad. Infatigable en el trabajo, Salvador siembre ha querido ir un paso más, y la tradicional colaboración con alumnos de circunstancias familiares complejas del Colegio Divina Pastora se ha transformado en la Mochila Solidaria, prestando ayuda a 600 estudiantes de 25 centros escolares.
En el plano material, sus legislaturas estuvieron marcadas por la reforma integral de la Casa Hermandad junto a los locales anexos y la culminación de trono procesional de nuestra madre del Gran Perdón.
Los inmuebles que posee la Hermandad se han convertido en un espacio multifuncional, acogiendo el Museo Prendimiento y unas instalaciones donde poder llevar a cabo eventos y atender al hermano de una forma más eficiente. Solo una pandemia pudo evitar que este proyecto no se viera terminado por completo al no poder ejecutarse la obra para instalar el ascensor que comunicará el salón de tronos con el museo, hecho que culminará Dios mediante en fechas próximas.
El otro gran proyecto ha sido la terminación de las andas procesionales de Nuestra Sagrada Titular, con la hechura de los arbotantes en 2016 y la ampliación del cajillo para que los portadores puedan cumplir mejor con su trabajo en 2019. De nuevo la pandemia le puso trabas, la realización de la imaginería del trono sufrió retrasos, dándole tiempo a presentar la Divina Pastora que figura en la capilla frontal.
Para cerrar este breve repaso a diez años, dejamos como broche el fomento a la devoción de nuestros Sagrados Titulares, en especial a María Santísima del Gran Perdón, a la cual profesa un enorme fervor. Acorde a su personalidad discreta, Salvador entiende la devoción como un encuentro espiritual con Ella. Por esta razón, desde 2015 ha impulsado el acercamiento a nuestra bendita Madre mediante actos íntimos con los pacientes del centro de Salud Mental Sagrado Corazón de Jesús y mujeres que padecen cáncer de mama. Fruto de esta relación creciente ha sido los nombramientos de las Hermanas Hospitalarias y la Asociación Española Contra el Cáncer como Hermanos Mayores Honorarios.