Detalles para el Domingo de Ramos de 2021

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NUESTRO PADRE JESÚS DEL PRENDIMIENTO

Para la Semana Santa de 2.021, Nuestro Padre Jesús del Prendimiento recupera su estética más clásica: túnica blanca y mantolín burdeos. La túnica fue realizada en 2.007 por el Taller de Empleo de la Hermandad bajo la dirección de José Miguel Moreno, está ejecutada en tisú de plata con bordados de grandes volúmenes en hilo de oro. Sobre la cabeza del Señor las potencias diseñadas por Eloy Téllez Carrión en 1.999 que aúnan el trabajo en orfebrería de Álvaro Gutiérrez con los modelos escultóricos de Raúl Trillo.

El Cristo, como si de un Domingo de Ramos habitual se tratara, está acompañado de su grupo escultórico, recreando un pequeño Getsemaní en el interior de la Parroquia de la Divina Pastora. Siguiendo la línea marcada en los últimos años por la Hermandad, si miramos con detenimiento la escena contemplaremos un gran número de detalles que enumeramos a continuación:

Judas. A sus pies encontramos una serpiente, símbolo del demonio, quien inspira al discípulo a consumar la entrega del Maestro. Este símbolo se ve completado con unos cardos en alusión al pecado de la traición.

Contemplando el beso traidor observamos a San Juan, el discípulo amado, el único de los apóstoles que no abandonó a Jesús y estuvo presente al pie de la Cruz. Este amor tan puro e incondicional se refleja con dos rosas blancas. Sin embargo, lo que más puede llamar la atención del cofrade es el cáliz que porta en su mano derecha, de él sale un dragón aludiendo el episodio en el que el Sacerdote Aristodemo le desafió a beber veneno de la ponzoña; San Juan se santiguó antes de beber, neutralizando así el poder del veneno. El dragón es el símbolo del veneno.

San Pedro es otro de los apóstoles que aparece en la escena, si se dirige la mirada a su cintura se puede observar dos llaves entrelazadas. Este es un símbolo de la Iglesia Católica que representa las llaves del cielo y del infierno. En el evangelio de San Mateo, Jesús dice a Pedro: “te daré las llaves del Reino de los cielos, y lo que ates en la Tierra quedará atado en los Cielos, y lo que desates en la Tierra quedará desatado en los Cielos”. Esta Semana Santa será una ocasión única de ver a San Pedro con un báculo en la mano, este elemento es visto como símbolo de la autoridad episcopal, siendo considerado el apóstol como primer obispo de Roma.

El último de los apóstoles en aparecer es Santiago, en actitud dialogante con un soldado romano, quien porta el senatus, una insignia que portaban las legiones romanas simbolizando al Senado y al pueblo romano. A los pies de este también observaremos una bolsa con las 30 monedas como pago de la traición.

Este año se cumplen cien años de la fundación de la Agrupación de Cofradías, cuyo titular es el Santísimo Cristo Resucitado, por esta razón la Hermandad ha querido que la resurrección aparezca simbólicamente en el montaje preparado. A los pies del olivo hay un pequeño panal de abejas productoras de miel, Desde muy antiguo, la miel está relacionada con la divinidad, creando un puente entre el Cielo y la Tierra, aplicándose en los rituales funerarios como alimento hacia la vida eterna, son numerosas las menciones que encontramos en la Biblia a cerca de la miel y las abejas.

Para terminar, comentaremos el exorno floral. El perímetro del tradicional monte de corcho con plantas silvestres queda delimitado por un friso formado por: rosas cool wáter, tulipanes morados, hipericum rosa, anturium verde, orquídeas atigradas, lisiantum fucsia y fresas naturales que recuerdan a la Encarnación obrada en María al evocar al Espíritu Santo.

 

MARÍA SANTÍSIMA DEL GRAN PERDÓN

La vestimenta de María Santísima del Gran Perdón para esta Semana Santa también responde a los postulados clásicos de la Hermandad: saya blanca y manto de color azul. El manto de camarín que luce fue ejecutado en el año 2.002 en el Taller de Empleo de la Hermandad siguiendo el diseño de José Miguel Moreno. De terciopelo azul bordado en oro recoge elementos de la naturaleza y de la geometría tradicional. Sobre sus sienes descansa una corona diseñada por Eloy Téllez y realizada en plata blanca sobredorada por Alejandro Borrero, entre sus múltiples detalles destacamos la imagen de la Inmaculada tallada en marfil por Juan Manuel García Palomo, que es una réplica a escala de la que se encuentra en el centro de la Plaza de Capuchinos.

María Santísima del Gran Perdón se alza sobre una peana confeccionada para la ocasión con diversos elementos que forman parte de ambos tronos procesionales. El conjunto parte de una de las capillas del trono de Jesús del Prendimiento donde luce la imagen de la Inmaculada Concepción que remata la campana del trono cada Domingo de Ramos. Las esquinas quedan configuradas por las águilas bicéfalas del trono de María Santísima del Gran Perdón, una de ellas porta un medallón donde podemos ver la alcubilla tan característica del barrio de Capuchinos.

Ella se encuentra cobijada bajo su antiguo palio que está sustentando por las actuales barras. El conjunto se encuentra iluminado por toda la candelería como si estuviera en su trono procesional y a sus pies veremos unas azucenas aludiendo a una virtud de la Virgen María, en este caso la virginidad.

Para terminar mencionaremos las flores que exornan las ánforas de María Santísima del Gran Perdón: orquídeas cimbidum, orquídeas blancas, phalaepnosis rosa, rosa blanca, hipericum rosa, lisiantum fucsia, anturium verde y hojas de camelia, entre tal variedad floral observaremos peras. Analizando tratados de iconografía religiosa, descubrimos que en el orbe católico hay autores citando esta fruta como icono de fertilidad, mientras otros la describen como símbolo del amor divino por la humanidad. La Hermandad para este culto se decanta por remarcar el amor que María tiene a la humanidad, siendo fruto de ese amor la entrega de su hijo a los hombres para la redención del pecado original.

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