El pasado 12 de octubre se celebró la Función Principal que ponía fin a los tres días de cultos en honor a María Santísima del Gran Perdón. Un buen número de devotos se concentraron en torno a Ella, queriendo destacar y agradecer la ofrenda de tres de ellos. Ofrenda es un término derivado del latín, que significa que ha de ser ofrecido. Suele ser una señal de gratitud por la ayuda para superar una adversidad en nuestra vida, o un regalo como se le hace a una Madre, fruto del amor.
Hay muchas formas de realizar una ofrenda y aquel día vivimos tres de ellas. Por un lado, la familia González de Alarcón entregó a la Santísima Virgen una Cruz Pectoral de plata dorada del siglo XIX de estilo Isabelino, de otro lado, nuestros queridos hermanos de la Peña de la Biznaga quisieron entregar a la Sagrada Titular su máxima distinción, una biznaga de plata. Por último, nuestro compañero, Javier Molina, regaló el fruto de su trabajo al ejecutar la peana sobre la que lucirá María Santísima del Gran Perdón en sus cultos.
A todos ellos muchísimas gracias por el cariño y el amor hacia nuestra Madre. Que nuestra amantísima Titular los colme de dones y su bendito manto los proteja.
