Jesucristo es Rey por ser Dios y su Realeza proviene de su divinidad, María Inmaculada es Reina por ser la Madre de Dios. Bajo esta prerrogativa del Concilio de Éfeso celebrado en el año 431, no cabe duda de la Realeza de María y la Hermandad del Prendimiento con el impulso de D. Alfonso Rosales tuvo a bien 12 años después de la primera Coronación Litúrgica reafirmar la Realeza de María Santísima del Gran Perdón con una segunda Coronación.
La corona fue muy especial puesto que fue realizada con muchísimo cariño en las propias instalaciones de la Hermandad por D. Alejandro Borrero, monitor de orfebrería del Taller de Empleo Cofradía del Prendimiento, junto a los alumnos del módulo de orfebrería. Ésta fue diseñada por D. Eloy Téllez, y ejecutada en plata de ley con baño en oro, siendo la parte de talla realizada por el imaginero D. Juan Manuel García Palomo.
El 30 de marzo del año 2003 se celebró la Solemne Función Religiosa que estuvo oficiada por el entonces Director Espiritual de la Hermandad D. Alfonso Rosales, al acto asistieron el Alcalde de la ciudad D. Francisco de la Torre, y contó con la presencia de distintas autoridades, Hermanos Mayores Honorarios, Hermanos Mayores de otras Cofradías, así como todas las entidades del barrio. Actuaron como padrinos Dª Matilde Lomas, directora del Taller de Empleo y D. Eloy Téllez, diseñador de la corona.
Las coronaciones de María Santísima del Gran Perdón han sido unos actos litúrgicos de enorme importancia, fruto del amor y la devoción que se le tiene en su entorno, en su barrio de Capuchinos. Los hermanos del Prendimiento no debemos quedarnos ahí sino extender ese fervor por toda la diócesis malacitana, nos encontramos culminando el Año de la Misericordia donde Nuestra Madre del Gran Perdón está teniendo un enorme protagonismo y participará en la clausura del Año con un Besamanos Extraordinario.
Hoy empieza su Septenario, es la primera vez que protagonizará siete días de cultos continuados, tenemos que aprovechar la ocasión que se nos brinda y ponernos manos a la obra para que sus cultos luzcan con brillantez, que Ella sienta nuestro cariño y se sienta arropada. Nosotros, hermanos del Prendimiento tenemos que evangelizar en el Perdón para mayor gloria de Nuestra Madre y así que todo el mundo sepa, que Nuestra Madre, la Capuchinera, es grande en su Gran Perdón.
