Eloy, siempre estarás con nosotros

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Todavía no damos crédito a la noticia que recibíamos hace unas horas, nuestro amigo Eloy nos ha dejado, sí, nuestro amigo; para la Hermandad del Prendimiento Eloy no era simplemente un cofrade con una reputada trayectoria, era eso y mucho más.

Eloy comenzó su vinculación con la Hermandad en 1996 para diseñar el guión corporativo y una túnica para Jesús del Prendimiento. Desde ese momento Eloy se enamoró de la Hermandad, empezó a estudiar su patrimonio y la forma de renovarlo para que desde la Cruz Guía hasta el trono de María Santísima del Gran Perdón la Hermandad tuviera personalidad propia.

Bajo su acertado criterio la Hermandad empezó en los primeros años del siglo XXI la metamorfosis para llegar a ser la Hermandad que hoy en día es en la calle. Como quien te conoce mejor que nadie depuró el estilo de la Hermandad sabedor del potencial que tenía, marcó las pautas que como bien decía, “hoy por hoy están más que claras” y fue uno de los artífices para que Jesús del Prendimiento volviera en 2005 a procesionar con una túnica blanca casi veinte años después.

En este camino no tardó en enamorarse de María Santísima del Gran Perdón, diseñó la corona que se le impuso en 2003 en una ceremonia en la que él fue padrino. Desde ese momento se propuso darle a nuestra Bendita Madre el protagonismo que se merece, le diseñó sayas, un palio que la cobija cada Domingo de Ramos, la dotó de un ajuar único y tuvo según él, la fortuna de terminar el proyecto que había iniciado su maestro Juan Casielles en 1973, el trono de la Señora, hecho que se vio acontecido en 2016 con el estreno de los arbotantes tras haber proyectado durante una década otros elementos como la candelería, las ánforas, las barras de palio y un largo etcétera.

Eloy, tú no te has ido, seguirás siempre con nosotros. El legado que nos has dejado contará a futuras generaciones que un buen día un humilde diseñador de hábil traza cruzó su destino con esta Hermandad.

Que Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y tu venerada Madre del Gran Perdón te acojan en su gloria.

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