Detalles florales en el Triduo a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento

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En esta segunda entrada sobre el exorno del Triduo en honor a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento trataremos sobre las flores. Al igual que los colores, el lenguaje floral nos ofrece un rico y variado simbolismo frecuentemente olvidado por la sociedad actual que sin embargo es digno de mención.

Antes de entrar en materia, mencionaremos que las ánforas para el culto aunque están adornadas con rosas, lisianthus, frecsias y detalles de acacia, nos centraremos en las dos últimas.

La acacia ha sido en los pueblos de la antigüedad una planta muy preciada y asociada a la divinidad. Entre los egipcios se creía que la comunidad divina había nacido bajo este árbol, en la cultura hindú el instrumental utilizado en sus rituales están elaborados con madera de acacia y si nos trasladamos a la tradición hebrea, el Arca de la Alianza fue realizada en madera de acacia revestida de oro “hice, pues, un arca de madera de acacia, tallé dos tablas de piedra como las primeras y subí con ellas a la montaña” Deuteronomio 10, 2.

Tiempo después en el Nuevo Testamento, Jesucristo fue identificado como la Nueva Alianza, no estando el Mesías ajeno a la acacia puesto que según la tradición, la corona de espinas que le impusieron los soldados romanos en el pretorio a modo de burla estaba confeccionada con acacia. Según René Guénon (1886-1951) las espinas representaban rayos luminosos aludiendo a la inmortalidad e incorruptibilidad del alma, afirmando la creencia de que aunque Jesús muriera en la cruz renacería engrandecido.

Estos detalles de espinos junto al color morado de las flores redundan además de en el carácter penitencial de la Cuaresma, en el acto de la coronación de espinas previo a la crucifixión. El mensaje se ve completado con la presencia de las frecsias, símbolo de la inocencia de Jesús.

Álvaro Muñoz Rivas

 

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