Comenzamos el tiempo de Adviento

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El tiempo de Adviento que hemos comenzado este domingo 2 de Diciembre y finaliza el día 24 de diciembre. Es el periodo de preparación a la venida de Jesús.

La primera lectura de este tiempo están tomadas sobre todo del profeta Isaías junto a los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Los modelos de creyentes que la Iglesia ofrece a los fieles para preparar la venida de Jesús son Isaías (como modelo de espera de la salvación), Juan Bautista (como figura de preparación) y la Virgen María (como modelo de creyente y Madre Inmaculada de Dios hecho hombre, salvador del género humano).

En estas cuatro semanas cada Domingo nos vamos preparando para la venida del Señor. La primera está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos, la liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda a través de Juan el Bautista nos anima a mantener una actitud de permanente conversión. La tercera preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el día de la venida del Señor y finalmente, la cuarta semana, nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo siendo María la figura central, y su espera nuestro modelo de espera, en estos días que van del 16 al 24 de diciembre nos preparan específicamente para las fiestas de la Navidad viviéndolos con más alegría, por la cercanía del cumplimiento de lo que Dios había prometido.

Durante este periodo encontramos en el altar la “Corona de adviento”, generalmente de forma circular, el círculo no tiene principio ni fin, al igual que el amor eterno de Dios. Está decorado con ramas verdes, color de la esperanza y la vida, esperanza en la gracia, el perdón de los pecados y la vida eterna y de la presencia de Cristo con nosotros. En esta corona encontramos cuatro cirios o velas de colores (morado que representa el espíritu de la vigilia, verde, la esperanza, rojo la alegría de la cercanía del Salvador y blanco, la presencia luminosa de Jesús) que se irán prendiendo domingo a domingo. Cristo es «luz del mundo» (Jn 8, 12).  Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó el universo como las velas la corona. Las flores o frutos rojos que adornan la corona representan los frutos del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

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